jueves, 10 de septiembre de 2009

Saluda del Director

“Educación es lo que sobrevive cuando se olvida lo que se ha aprendido”
Burrhus Frederic
La Escuela, además de ser transmisora de saber y de cultura, debe preparar para vivir y para convivir, de forma que a los alumnos se les entrene para la vida, enseñarles no lo que deben pensar sino a pensar, a ser capaces de dirigir su propia vida, a capacitarles para convivir junto a los demás, a no rendirse ante las dificultades, a ser perseverantes, a ser responsables, a manifestar respeto por todo lo que aliente vida, a desarrollar… tantos valores…
Pero hay que ser realistas y tomar conciencia de que la tarea educativa no pasa por un buen momento, que tiene sus limitaciones y que no es responsabilidad única de nosotros, maestros y maestras; ni tan siquiera tarea exclusiva de vosotros, padres y madres, sino que requiere la implicación de toda la sociedad y hoy en día, lamentablemente, a nadie se le ocurre en plena calle llamar la atención al gamberrete de turno que hace de las suyas impunemente. Y es que el RESPETO es uno de los valores ya perdidos.
Hoy en día a nuestros hijos no les falta de nada, y no me refiero solamente a las necesidades básicas. Ya desde pequeños los atiborramos de caprichos y juguetes inútiles y lo peor es que terminan creyéndose con derecho a todo lo que se les antoje.
La consecuencia de todo esto es que no son precisamente la austeridad, el esfuerzo o la autonomía los valores que reforzamos, sino más bien todo lo contrario: la envidia, el capricho, el egoísmo, la dependencia, el materialismo… Nuestros hijos no están preparados para desenvolverse por sus propios medios. Tienen miedo a la responsabilidad, a emanciparse, a casarse… No son conscientes de los deberes familiares puesto que están acostumbrados a que se les dé todo lo que desean y, aunque tengan dieciocho años, siguen creyéndose con derecho a ello. Carecen de obediencia y respeto hacia los padres, porque como son “colegas”…
Hoy, más que nunca, la familia necesita a la escuela y la escuela a la familia. Hoy, más que nunca, es prioritario formar a nuestros hijos e hijas en la responsabilidad personal, en la solidaridad y servicio a los demás, en el ejercicio de virtudes y valores como EL ESFUERZO, LA PERSEVERANCIA, LA RESPONSABILIDAD, EL RESPETO.
¿Y cómo inculcarles esto?
Pues ya nos lo dijo Séneca, hace casi dos mil años: “Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorías; breve y eficaz por medio de ejemplos”.
Unamos nuestros esfuerzos, colaboremos en esta apasionante tarea de educar. No olvidemos que todos saldremos ganando pues…
“Los hijos se convierten para los padres, según la educación que reciban, en una recompensa o en un castigo”
Un cordial saludo a todos.
Francisco Clavijo Viózquez. Director

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